INTRODUCCIÓN
El Infliximab es un anticuerpo monoclonal que se utiliza actualmente como tratamiento de patologías tales como: la artritis reumatoide, las espondiloartropatías, la psoriasis o las enfermedades inflamatorias intestinales. Se ha descrito disfunción tiroidea asociada al empleo de diversos fármacos biológicos.
OBJETIVOS
Ø – Determinar la prevalencia de disfunción tiroidea inducida por Infliximab en un área de alta prevalencia de patología tiroidea.
Ø – Evaluar si los facultativos que prescriben fármacos biológicos determinan o no hormonas tiroideas.
METODOLOGÍA
Estudio descriptivo retrospectivo en el que se recogieron los datos de aquellos pacientes que recibieron tratamiento con Infliximab en el Complejo Asistencial Universitario de León con fecha de inicio del tratamiento en el periodo comprendido entre el 1 de enero al 31 de Julio del 2015. Los datos de los pacientes fueron tratados de forma anónima. Las variables cualitativas se expresaron mediante números absolutos y porcentajes y las cuantitativas en términos de media y desviación estándar, o mediana y rango intercuartil, si no siguiesen una distribución normal. Se utilizó el test U de Mann Whitney para valorar las diferencias entre medias. El análisis estadístico se realizó mediante el programa IBM SPSS versión 19. El valor de significación que se tuvo en cuenta fue p<0,05.
RESULTADOS
De los 22 pacientes que recibieron tratamiento con Infliximab, el 59,1 % eran mujeres (n=13) y 40,9% eran hombres (n=9). La edad media fue de 45,8 (12) años. En el 90,9% de los casos, el Infliximab se utilizó para tratar patología inflamatoria intestinal, y en el 9,1% de los pacientes para enfermedades reumatológicas.
De los pacientes estudiados, sólo el 46,4% tenían un estudio de la función tiroidea antes de la administración del fármaco (hasta un año antes de iniciar la terapia); de los cuales un 40,9% estaban eutiroideos, y un 4,5% tenían hipotiroidismo subclínico. A tan sólo el 18.1% de los pacientes tratados con Infliximab se les efectuó un análisis de las hormonas tiroideas post tratamiento, de los cuales el 13,6% (n=3) presentaban un estado eutiroideo vs un 4.5% (n=1) con hipotiroidismo subclínico. A la gran mayoría de los pacientes (81,8%) no se les controló las hormonas tiroideas una vez comenzado el tratamiento.
La media de los valores de TSH en el grupo de pacientes que sí fue estudiado fue de 2,4382 (1,81627) y de T4 de 1,3525 (0,16680) antes de recibir el tratamiento con Infliximab. Una vez iniciada la terapia, la media de TSH y T4 son respectivamente: 3,5525 (2,32762) y 1,2350 (0,10279). Los valores de TSH aumentan aproximadamente un punto, pero no hay diferencias significativas antes y después del tratamiento.
CONCLUSIÓN
Aunque se han descrito casos en la literatura de patología tiroidea asociada al empleo de Infliximab, no hemos encontrado casos en nuestro entorno, en el que la patología tiroidea es frecuente. El inicio del tratamiento no se ha asociado a un cambio de hormonas tiroideas de forma precoz. Sin embargo, en pocos casos se han solicitado hormonas tiroideas, lo que no permite un diagnóstico precoz de la patología tiroidea en caso de producirse.