Introducción:
El herpes zoster es una enfermedad producida por una reactivación del virus latente varicela-zóster. Suele afectar a nervios periféricos y a la piel, sin que se excluya la posibilidad de afectación en forma de mononeuritis a cualquier nivel.
Caso clínico:
Varón de 87 años exfumador, con antecedente de HTA, FA y AIT, en tratamiento con ácido acetilsalicílico, que acude a Urgencias por cuadro febril de 39º, con odinofagia, disfagia a líquidos y sólidos y disfonía de cinco días de evolución, sin disnea. Previamente había sido visto en consulta de ORL y estaba en tratamiento con amoxicilina-clavulánico y metilprednisolona sin respuesta. En la exploración se constatan abundantes secreciones en orofaringe y adenopatías submandibulares y cervicales de características inflamatorias. En la analítica destaca PCR de 9,44 mg/dL sin leucocitosis. La nasofibroscopia muestra la existencia de parálisis de cuerda vocal derecha, lesiones y ulceraciones en hipofaringe y laringe. Ingresa para estudio y tratamiento, siendo diagnosticado de mononeuritis herpética del X par con afectación principal del nervio laríngeo recurrente, confirmado mediante serología y anatomía patológica. Es valorado por Endocrinología para manejo nutricional por odinofagia y disfagia progresiva que condicionan malnutrición calórico-proteica moderada-severa. Inicialmente se refuerza dieta oral con suplementos, pero al no cubrir requerimientos se coloca SNG con pésima tolerancia y posteriormente NPT que se retira por bacteriemia. Finalmente se realiza ostomía iniciando NE continua sin incidencias que se progresa a bolos, mal tolerados, con presencia de vómitos que causan, junto con el acúmulo de secreciones no correctamente aspiradas, broncoaspiraciones secundarias que agravan la situación.
Conclusión:
La afectación del nervio laríngeo recurrente es una complicación extremadamente rara del herpes zoster; no existen en la literatura más de catorce casos descritos. La excepcionalidad del caso lo constituye la presentación en forma de mononeuritis. Puede dar como complicación parálisis de cuerdas vocales con la consiguiente disfonía y disfagia. La laringoscopia flexible es el gold standard para el diagnóstico de la parálisis vocal. El tratamiento consiste en antivirales y corticoterapia, su rápida instauración se relaciona con mayor recuperación. La recuperación total es rara y suelen persistir secuelas.