Objetivos: Presentar un caso de hipoglucemias graves en una paciente de 96 años con diagnóstico presuntivo de síndrome de Doege-Potter. El conocimiento fisiopatológico guió tanto el diagnóstico como el tratamiento no invasivo, mejorando significativamente la calidad de vida sin necesidad de un diagnóstico tumoral definitivo.
Material y Métodos: Paciente de 96 años con episodios de hipoglucemia grave en ayunas (30-37 mg/dL) documentados durante 7 años. Tras excluir causas comunes como insulinoma, insuficiencia suprarrenal o administración subrepticia de hipoglucemiantes, se sospecha un tumor productor de IGF-2 debido a la triada de Whipple, niveles bajos de insulina/péptido-C y un cociente IGF-2/IGF-1 elevado (14.31), sugiriendo una producción autónoma de IGF-2.
Ante la imposibilidad de realizar estudios de imagen o invasivos debido a la edad avanzada, se colocó un sensor de glucosa (FreeStyle Libre) y al evidenciar tiempo en hipoglucemia del 78% se decidió instaurar tratamiento paliativo con prednisona 5 mg cada 12 horas.
Resultados: Previo al tratamiento, la paciente presentaba una glucosa promedio de 64 mg/dL, con un 78% de hipoglucemias (11% por debajo de 54 mg/dL). Tras el inicio de prednisona, la glucosa promedio subió a 79 mg/dL, reduciéndose el tiempo de hipoglucemia a un 19% y eliminando los episodios severos (<54 mg/dL). La paciente mostró una clara mejoría neurológica y en el estado general, con menor dependencia de la ingesta alimentaria constante y una mejor calidad de vida.
Conclusiones: El manejo de hipoglucemias graves en el contexto de un síndrome de Doege-Potter puede abordarse de manera eficaz con un enfoque diagnóstico basado en la fisiopatología. A pesar de la falta de un diagnóstico tumoral definitivo por pruebas invasivas o de imagen, el tratamiento con corticoides mejoró significativamente la calidad de vida de una paciente de 96 años, demostrando que la edad avanzada no es un limitante para una adecuada intervención terapéutica.