Introducción: La realización de deporte de élite incrementa de manera marcada los requerimientos energéticos, por lo que es fundamental adaptar un plan nutricional. La adolescencia es un periodo especial, donde hay unas necesidades aún mayores y está descrita una frecuente baja disponibilidad de energía y una pobre ingesta de algunos micronutrientes entre estos deportistas, que pueden conllevar consecuencias a corto y largo plazo.
Objetivos: determinar la adherencia a las recomendaciones energéticas y de macro-micronutrientes según los últimos consensos internacionales, en nadadoras adolescentes deportistas de élite.
Métodos: Se realizó un estudio descriptivo. Se incluyeron 31 nadadoras, de 11 a 16 años, en seguimiento por el Centro Regional de Medicina Deportiva de Castilla y León, entre noviembre de 2019 y enero de 2020. Se registraron variables demográficas y antropométricas, y se hizo una calibración de una encuesta nutricional de 72 horas para obtener la ingesta energética y de macro-micronutrientes.
Resultados: La edad media de las nadadoras fue de 13,3 años (DE 1,3). Realizaban 18 [15-20] horas de entrenamiento a la semana. La disciplina del 58,1% era la natación sincronizada. Su peso fue de 49,2 (DE 7,4) kg, y el IMC 19,2 (DE 2,2) kg/m2. Con la calibración de la encuesta nutricional obtuvimos que las nadadoras ingerían 2,31 (DE 0,88) gramos de proteínas/kg peso/día, 5,55 (DE 2,50) gramos de hidratos de carbono/kg peso/día, y 2,40 (DE 0,92) gramos lípidos/kg de peso/día, consumiendo en total 53,53 (DE 19,73) kcal/kg peso/día. El 92,7% alcanzaba los requerimientos mínimos proteicos (>1,2 gramos/kg peso/día), mientras que solo el 50% llegaba a los requerimientos de hidratos de carbono (>5 gramos/kg peso/día). Con ello, el 67,9% alcanzaron los requerimientos energéticos (>45 kcal/kg peso/día). Respecto a los micronutrientes, el 46,4% ingerían al menos 15 mg de hierro al día, y solo el 32,1% consumía un mínimo de 1300 mg de calcio.
Conclusiones: Nuestras deportistas, al igual que está descrito en la literatura, alcanzaron prácticamente todas los requerimientos proteicos. Sin embargo, un tercio no llegaron a las necesidades energéticas, sobre todo procedentes de los hidratos de carbono, y más de la mitad no llegaban a la ingesta recomendada de calcio y hierro