Introducción: Recientemente, aparecieron los criterios GLIM como respuesta a la necesidad de un consenso global para diagnosticar desnutrición y que poco a poco se han introducido en la práctica clínica, sin embargo, ¿hay mucha diferencia en el diagnóstico de desnutrición con estos criterios respecto con otras herramientas?
Objetivos: Comparación de los criterios GLIM con otras herramientas utilizadas en la valoración nutricional.
Material y métodos: Estudio retrospectivo de pacientes no diabéticos hospitalizados con bajo estrés y soporte enteral completo. Se excluyeron gestantes y menores de edad. Se analizaron variables clínicas, nutricionales
Resultados: Estudio de 131 pacientes (45,8% varones) con una mediana de edad 81 [71-87] años y estancia hospitalaria de 12 días [8-17] días. El principal motivo de ingreso fue la patología cerebrovascular (81.2%), seguido de patología respiratoria (12%). El gasto energético estimado por fórmula Harris Benedict fue de 1400,07 [RIQ 1292,86– 1545,66] kcal/día, aportando una media de 22,00 ± 5,19 kcal/kg con la NE y teniendo una mediana de duración de 7 [RIQ 4-10] días. Al alta, recuperaron la vía oral 33 pacientes.
Desde el punto de vista nutricional, la antropometría al ingreso fue IMC 25,54 ± 4,31 kg/m2 con unos valores medios de circunferencia braquial de 26,84 ± 3,97 cm y pantorrilla 31,29 ± 4,52 cm, con unos valores de PCR al ingreso de 31,75 [11,68-66,33] y albúmina de 3,61 ± 0,48 g/dl. Respecto a la valoración nutricional, se comparó criterios GLIM, VSG (B-C) y MNA, considerándose desnutrición en 78%, 48.57% y 50% respectivamente.
Conclusiones: Es importante la realización de la valoración nutricional en los pacientes ingresados, pues como hemos visto la desnutrición es muy prevalente, siendo más elevado en el caso de los GLIM. Principalmente lo atribuimos a que es una herramienta más sensible y que dado las características de nuestra población es más fácil cumplir los criterios fenotípicos y etiológicos.