Introducción: los inhibidores de los puntos de control inmunitarios (IPCI) son fármacos muy utilizados hoy en día como terapia oncológica y a pesar de que suelen ser bien tolerados pueden producir efectos adversos endocrinológicos. La tiroidopatía es la alteración más frecuente, seguida de la hipofisitis, insuficiencia adrenal y diabetes mellitus.
Caso clínico: varón de 77 años con antecedentes de SAHS, fibrilación auricular, ulcus gástrico, lentigo maligno melanoma malar estadio IA y carcinoma de células renales derecho pT3a N0 M0, estadio III, para el cual se realizó nefrectomía radical derecha en enero de 2022. Posteriormente se evidenciaron metástasis pulmonares, hepáticas y ganglionares retroperitoneales, por lo que se inició tratamiento de 1ª línea con Ipilimumab y Nivolumab de julio a septiembre 2022 seguido de tratamiento de mantenimiento con Nivolumab desde octubre 2022. En mayo de 2023 el paciente ingresa por deterioro clínico de tres semanas de evolución asociado a fiebre de 39ºC, astenia, dificultad para la deambulación y debilidad de miembros inferiores. En la analítica se evidencia hiperpotasemia severa e insuficiencia renal aguda, por lo que se inician medidas antipotasio, tratamiento con hidrocortisona por sospecha de insuficiencia suprarrenal y se suspende el tratamiento con Nivolumab. Durante el ingreso, presenta mejoría clínica y analítica por lo que es dado de alta con tratamiento con hidrocortisona oral. Remiten al paciente a nuestra consulta y aporta controles de tensión arterial sistólica en torno a 90-100 mmHg asociada debilidad generalizada. Se realiza nueva analítica objetivándose valores de cortisol <0,1 mcg/dl y ACTH 571 pg/ml, aldosterona <30 ng/ml, actividad de renina plasmática 1,8 ng/ml/h, K+ 6,5 mEq/L, Cr 1,67 mg/dl. Con estos resultados confirmamos el origen primario/adrenal del déficit corticoideo. Se asocia tratamiento con fludrocorticona con mejoría clínica franca y normalización de las cifras tensionales y los niveles de K+.
Conclusiones: es importante sospecharlo e iniciar tratamiento sustitutivo lo antes posible, dado el riesgo vital de dicha enfermedad. El uso de los IPCI debe ser suspendido hasta la estabilización del paciente con el tratamiento sustitutivo. El manejo multidisciplinar y protocolizado de estos fármacos resulta esencial para mejorar la atención del paciente oncológico.